Infecciones genitales
La mayoría de las mujeres experimentan problemas vaginales menores de vez en cuando, y que están relacionados con ciclos menstruales, métodos anticonceptivos, infecciones, envejecimiento, relaciones sexuales, medicamentos o cambios durante o después del embarazo.
Un cambio en tu flujo vaginal normal puede ser el primer signo de un problema. Los cambios en la micción, como tener que orinar con más frecuencia o tener una sensación de ardor al orinar, también pueden ser un síntoma de un problema vaginal.
Estos padecimientos se pueden tratar a tiempo consultando a tu ginecólogo(a). Soy Roberto Cordero, tu ginecólogo experto. ¿Deseas programar una consulta médica? Pulsa en el botón.
¿Qué son?
Son una inflamación en la vagina (vaginitis) o en otras partes de los genitales femeninos como en la vulva, el cuello uterino u otro genital. Normalmente se producen por un microorganismo, ya sea un hongo, bacteria o un virus. Dependiendo del tipo de infección, es el tratamiento médico que se aplica a la paciente.
Tipos y causas de infecciones
Hay de varios tipos, los más comunes son:
Síntomas
Los síntomas más comunes son:
- Aumento o cambio en el flujo vaginal, incluido el flujo gris, verde o amarillo.
- Enrojecimiento vaginal, hinchazón, picazón, dolor o ardor.
- Olor vaginal o mal olor.
- Ardor al orinar.
- Dolor o sangrado con el sexo.
- Dolor en el abdomen bajo.
- Úlceras, ampollas o verrugas en/o alrededor de los genitales.
Otras causas
Otros problemas vaginales o vulvares pueden ocurrir por el uso de métodos anticonceptivos, el uso de medicamentos o el envejecimiento, o como resultado de cambios después del embarazo. Incluyen:
- Prolapso vaginal, que puede causar micción y cambios intestinales.
- Tampón retenido, dispositivo anticonceptivo u objeto extraño.
- Lesión vulvar o vaginal, como caer sobre una barra de metal, como una bicicleta o equipo de juegos, o por un objeto en la vagina.
- Neuralgia del pudendo, por presión sobre el nervio pudendo en el área genital.
- Una reacción alérgica o irritación por productos químicos, como los que se encuentran en aerosoles vaginales, duchas vaginales o espermicidas.
- Cambios hormonales relacionados con la menopausia, como la vaginitis atrófica.
- Uso de antibióticos y otros medicamentos, que pueden cambiar el equilibrio de organismos en su vagina.
Diagnóstico
- Prueba de embarazo
Un test positivo podría sugerir que tienes un quiste del cuerpo lúteo.
- Ultrsonido intravaginal
Un dispositivo en forma de varilla (transductor) envía y recibe ondas sonoras de alta frecuencia para crear una imagen del útero y los ovarios en una pantalla de vídeo (ecografía). La imagen se utiliza para confirmar que se tiene un quiste, ver su ubicación y determinar si es sólido o está lleno de líquido.
- Imagen por resonancia magnética (IMR)
Es un dispositivo que emite a través de imanes y sondas de radio imágenes de tu abdomen bajo de manera más precisa, ya que éstas son desde diferentes ángulos y cortes.
- Laparoscopia
Se introduce un instrumento delgado e iluminado (laparoscopio) en su abdomen a través de un pequeño corte (incisión). Con el laparoscopio, el médico puede ver los ovarios y cualquier quiste. Si se encuentra un quiste, el tratamiento suele realizarse durante el mismo procedimiento. Este es un procedimiento quirúrgico que requiere anestesia.
- Pruebas de marcadores tumorales
Los niveles en sangre de una proteína llamada antígeno cancerígeno suelen ser elevados en el cáncer de ovario. Si tu quiste parece sólido y tienes un alto riesgo de padecer cáncer de ovario, tu ginecólogo podría solicitar una prueba de antígeno canceroso 125 (CA 125) u otros análisis de sangre. Los niveles de CA 125 también pueden ser elevados en afecciones no cancerosas, como la endometriosis y la enfermedad inflamatoria pélvica.
Tratamiento
- Observación
En muchos casos puedes esperar y volver a examinarte para ver si el quiste desaparece al cabo de unos meses. Si no tienes síntomas y un ultrasonido muestra que tienes un pequeño quiste lleno de líquido, es posible que te hagan varios ultrasonidos más de seguimiento para ver si el quiste cambia de tamaño o de aspecto.
- Medicamentos
Los anticonceptivos hormonales, como las píldoras anticonceptivas, impiden la ovulación. Esto puede evitar que aparezcan más quistes ováricos o que los que ya tienes se encojan o se mantengan del mismo tamaño.
- Cirugía
El médico puede sugerir la extirpación de un quiste que sea grande, que no parezca un quiste funcional, que esté creciendo o que cause dolor. Algunos quistes pueden extirparse sin quitar el ovario (cistectomía). En algunos casos, se extirpa el ovario con el quiste (ooforectomía).
La cirugía a menudo es mínimamente invasiva mediante una laparoscopia o una cirugía robótica.